La nueva actividad que hicimos fue dividir la clase en tres grupos que serian música, cuentos y cine. Yo decidí formar parte del grupo de los cuentos. Cada uno tuvimos que realizar un cuento inventado o adaptado, y después haríamos una selección de los mejores, para más tarde hacer una sesión de cuenta cuentos. Mi cuento fue una adaptación al cuento de "La hormiga y la cigarra", y fue uno de los elegidos para la representación del cuenta cuentos aunque finalmente lo sustituyeron por otro. Este cuento va dirigido al primer ciclo de educación Primaria y como veréis los valores que destacan son el compañerismo y la ayuda, valores que van unidos ya que el compañerismo lleva incluido la ayuda, que en este caso le proporciona la familia de los conejos a el topo. También se enseña el valor de la responsabilidad, el cual no tiene el topo porque no participa en la recogida de alimentos cuando debería hacerlo para poder vivir bien el duro invierno.
LOS CONEJOS Y EL TOPO
Se acercaba
el invierno y cada vez era más difícil poder estar fuera de casa.
La familia
de los conejos estuvo mucho tiempo recogiendo comida y esforzándose muchísimo
con duro trabajo. Durante la recogida de alimento y de ramas para hacer una buena
madriguera, había un topito que se pasaba el día al sol, sin hacer nada,
riéndose de todo lo que trabajaban los conejitos. Por fin llego el invierno y
los conejitos tenían una madriguera muy bien hecha con la cual no pasarían nada
nada de frío, y también tenían mucha comida, para pasar más de dos inviernos.
Un día que llovía mucho, mientras los conejitos comían, empezaron a escuchar
muchos ruidos fuera, como si algún animalito estuviese por arriba.
Papa conejo
decidió salir para ver qué pasaba allí fuera. Al salir vio algo que se movía
entre las hojas. Era el topo que buscaba comida, mojado de la lluvia, con mucho
frío. Y eso no era lo peor, su
madriguera se había roto porque el topo no se esforzó en hacerla.
Ahora el
pobre topo no tenía ni casa, ni comida, todo por no trabajar durante el verano,
mientras se reía de los conejos. Pero
como la familia de los conejitos eran muy buenos le dejaron pasar a su
madriguera y que comiese todo lo que quisiese.
A partir de
ese momento el topito se dio cuenta que tendría que trabajar en verano para
poder pasar un buen invierno con refugio y comida, y para más tarde poder
cuidar de su familia. Los conejitos le ayudaron y le enseñaron a hacer buena
madrigueras y recoger la mejor comida del bosque. Más tarde el topito formó su
familia
Fin.