LOS CONEJOS Y EL TOPO
Se acercaba
el invierno y cada vez era más difícil poder estar fuera de casa.
La familia
de los conejos estuvo mucho tiempo recogiendo comida y esforzándose muchísimo
con duro trabajo. Durante la recogida de alimento y de ramas para hacer una buena
madriguera, había un topito que se pasaba el día al sol, sin hacer nada,
riéndose de todo lo que trabajaban los conejitos. Por fin llego el invierno y
los conejitos tenían una madriguera muy bien hecha con la cual no pasarían nada
nada de frío, y también tenían mucha comida, para pasar más de dos inviernos.
Un día que llovía mucho, mientras los conejitos comían, empezaron a escuchar
muchos ruidos fuera, como si algún animalito estuviese por arriba.
Papa conejo
decidió salir para ver qué pasaba allí fuera. Al salir vio algo que se movía
entre las hojas. Era el topo que buscaba comida, mojado de la lluvia, con mucho
frío. Y eso no era lo peor, su
madriguera se había roto porque el topo no se esforzó en hacerla.
Ahora el
pobre topo no tenía ni casa, ni comida, todo por no trabajar durante el verano,
mientras se reía de los conejos. Pero
como la familia de los conejitos eran muy buenos le dejaron pasar a su
madriguera y que comiese todo lo que quisiese.
A partir de
ese momento el topito se dio cuenta que tendría que trabajar en verano para
poder pasar un buen invierno con refugio y comida, y para más tarde poder
cuidar de su familia. Los conejitos le ayudaron y le enseñaron a hacer buena
madrigueras y recoger la mejor comida del bosque. Más tarde el topito formó su
familia
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario